Archivos para junio, 2011

En esta época del año, es común que empecemos a preparar nuestras moscas para la temporada de dorados, taruchas y chafalotes que ya se acerca. Si bien hoy por hoy y siendo pleno invierno encontramos muchos dorados y taruchas en algunos lugares puntuales de nuestras islas, la pesca con mosca que más disfruto es la que se practica en nuestros arroyitos de campo y para ese tipo de pesca estoy preparando ya mis moscas.

Para pescar ese tipo de arroyos, con poco caudal, aguas rápidas y de colores variables según las circunstancias del clima, uso como equipo de cabecera un 4, probando días de nulo viento con equipos más chicos, aunque creo que el 4 es el ideal ya que no nos quedamos para nada corto ni agotamos en demasía a la presa.

En cuanto a moscas, como me gusta pescar cómodo y relajado, busco siempre moscas extra livianas, poco material, cabezas chicas, el lastre justo y utilizo muchas combinaciones de colores no tradicionales.

Cuando como por estos días me pongo a reponer moscas, para organizarme en el atado, hago una lista de las moscas que tengo divididas por colores para con ello tener siempre una proporción de 50% moscas oscuras (negras, azules oscuros, marrones y las clásicas negras con colores), un 40% de moscas de colores (y acá es donde no escatimo en colores y combinaciones) y un 10% moscas claras e imitaciones de mojarras.

Esa especia de tabla de atado por colores, no es ciencia cierta ni mucho menos, sino que me sirve para ordenarme en el atado según los colores que más uso en las pescas que hago, es por eso que cada uno puede adaptar la tablita a las preferencias y lugares que pesca, tamaños de moscas y muchos etcéteras, pero lo comento porque a mí ese esquema me sirve mucho para mis atadas.

Para el tipo de pesca en ámbitos chicos como los arroyitos de llanura me gusta mucho usar como anticipaba moscas que me sean cómodas castear y que hundan ni bien toquen el agua, ya que este tipo de ámbitos se pescan recorriendo y probando lugares puntuales donde a veces la zona caliente es de apenas un metro de accidente y es ahí donde la mosca tiene que pasar pescando y no flotando.

Una mosca que me da muchísimo resultado para ello, es decir que baje ni bien toca el agua, son strimer que hago a la manera tradicional, me gusta mucho usar para cola plumas, conejo o cras fur ya que son los materiales que más vida le dan a nuestro mosca y es en esa pretensión de vida donde radica el éxito o fracaso de nuestro engaño, terminándolos con una pequeña cabecita de chenil corto.

El chenil absorbe agua y lastra la mosca, por lo que con unos pequeños ojitos de plomos tenemos una mosca liviana y que gana rápidamente la profundidad necesaria para lugares rápidos, con el plus de las vibraciones que generan las puntitas del chenil lo que la hacen muy pescadora.

Como se ven en las moscas que arriba muestro, uso ojitos grandes hechos con los papelitos de las pastillas, esos ojitos me sirven para proteger la mosca y son extra tentadores para el chafalote, así que nunca voy sin moscas con ojitos caseros.

Otra variante de cabezas que me dan excelentes resultados para este tipo de pescas son de tipo andino con algunas fibras de goma, digo algunas porque con que tenga un par de pirinchitos sobra para que atraigan peces que es lo que buscamos.

En cuanto a cabezas de pelo de ciervo, si bien uso las tradicionales tipo andino y no discuto su eficacia, muchas veces estas no profundizan lo rápido que necesitamos o para que lo hagan tenemos que ponerle lastres muy pesados lo que le quita simpleza y elegancia a nuestra pesca; es por ello que me gusta mucho hacer pequeñas cabezas muddler bien recortadas y muchas veces solo la mitad de arriba la hago muddler, recortándola bien agresiva para que sirvan de rampa hacia el fondo donde asechan los dorados.

Pasando a hablar de colores, últimamente estoy pescando de manera más que bien con combinaciones nada convencionales, usando mucho verde fluo, rojo, rosa, celeste y amarillo. Nunca dejo de probar por más flojo que este el pique con mis moscas rojas y verdes fluo, esas siempre me salvan las papas.

Creo que todos tenemos tendencia a pescar con las combinaciones tradicionales (negras y amarillas, negras y rojo, etc.) y si bien son tremendas a la hora de tentar dorados, el uso de esos colores no parte más que de gustos ya que estamos muy lejos de saber cómo realmente ven los peces, por lo que todo lo que se hable de que tal color a tal hora se ve dentro del agua de esta manera u otra no son más que conjeturas con algo de veracidad.

Por eso muchas veces pescamos con una imitación perfecta de mojarra sin tener un pique y cuando ponemos una mosca amarilla y rosa con cabeza celeste pescamos un dorado tras otro, eso se debe a que los peces no ven como nosotros y quizás la mosca esa que no parece nada, en cuanto al color para la vista de los peces sea la más apetecible mojarra.

Lo que observo sí y mucho al momento de poner una mosca es que tipo de carnada (forrajeros) hay en el ambiente, trato siempre de poner la que tenga la silueta más parecida a los mismos, después como digo antes el color es cuestión de probar, pero para mí la silueta es fundamental ya que la sombra que genere nuestra mosca es fundamental al momento de hacer picar a los peces.

Por último y para agosto, septiembre que ya están próximo y con ellos las taruchas que se despiertan con ánimos de aparearse y pican como locas, un material muy bueno es el conejo para nuestros moscas, ya que genera un movimiento cadencia lento y parejo que es irresistible para las bichas, trabajando nuestros moscas despacio y arrastrando fondo, si están seguramente picarán.

Bueno, al final, mi intención al iniciar la nota fue poner unos pasos a pasos de moscas y derivó en esto que creo que es mucho más productivo ya que a más de uno lo hará innovar en cuanto a sus moscas y probar cosas nuevas, teniendo siempre los patrones clásicos como guías pero jugando un poco con colores y formas para de esa forma ir teniendo nuestros propios patrones clásicos.

Lucas D. Quaini

Cazando en los montes entrerrianos

Publicado: 10/06/2011 en CAZA
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El viernes 3 de junio al mediodía partimos junto a Pedro, Santiago y Seba rumbo a Santa Elena, en el Noroeste entrerriano, donde se junta el Paraná con el gran arroyo Feliciano. En Paraná se agregarían al contingente Pablito, Mauro y Ale. La idea era hacer batidas de caza menor (perdices y liebres) y mayor (ciervos axis).

Luego de un viaje regado de anécdotas y de risas llegamos de noche al monte, ahí no más a armar al ranchada, lo primero el fuego, algunos comenzaron a pelar cebollas y papas para el guiso y otros armamos las carpas.

Esa misma noche salimos en tres grupos a dar una vuelta y ver que se podía cazar, junto con Pedro y Santiago, guiados por El Pelu salimos a ver si podíamos dar con alguna liebre y así juntar carne para el sábado. No tuvimos suerte, no vimos ni una pero Pablito junto a Pablo cazaron una linda orejuda para el guiso.

Los demás muchachos habían intentado dar con el axis pero corrieron con la misma suerte que nosotros.

El sábado amaneció muy frío pero pintando ser un dia hermoso. Luego de apurar unos amargos salí con Pedro y mi bretona Lola a ver qué pasaba con las plumíferas. La cacería la teníamos que hacer en un limpio del monte (chacra) que son unas parcelas de más o menos 30 has de pasturas rodeadas por monte.

En este tipo de lugares conviene cazar a la mañana temprano y última hora por las orillas del monte, ya que la perdiz se refugia en el monte y a la mañana la sorprendemos saliendo a comer y a la tarde volviendo a dormir. Con el sol del medida es recomendable buscarlas en las partes altas del centro de la chacra donde los tinánidos acostumbran comer.

Caminamos con Pedro y Lola un buen rato y nada, decidimos volver, matear un rato y salir nuevamente cuando el sol ya haya calentado más y ver si allí si dábamos con las piezas.

El otro intento fue en vano, caminos un rato, nada y decidimos volver a la ranchada. Allí ya habían regresados los demás y los resultados eran iguales de magros.

Comimos una disquiada de liebre y falda, siesta y a tratar de salvar el honor. Seba, Santiago y Pedro fueron tras los ciervos; con Ale, Pablito y Mauro nos subimos en la chata rumbo a unos potreros bien perdiceros a unos kms del campamento base.

Ahí si dimos con las perdices, en un rato realmente salvamos el viaje, muchas perdices, de diez las perras. Volvimos muy contentos al campamento pensando que seguramente la suerte también había estado del lado de los cazadores mayores.

Mientras limpiábamos perdices llegan «los mayores» solo Santiago pude ver un pintado al que le tiro pero le erro y entonces el viaje termino siendo solo de caza menor.

La pasamos realmente de maravilla, junto a amigos cazadores y pescadores, muchos de vasta experiencia. Como conclusión inminentemente técnica podemos decir que para cazar perdices no hay como pastos cortos, de no más de 30 cm y campos amplios, abiertos y dejar el monte para otro tipo de cacería.

Los mejores campos para perdiz son campos abiertos, sin montes, con pasturas naturales o sembradas y si es cerca de comida (soja, girasol, maíz) mucho mejor.

Recuerden que un rastrojo de soja con gramon en los surco puede ser mucho mejor que cazar rosetales de montes. Un concejo, como siempre que se va a cazar o pescar algo, con la perdiz también vale, buscar donde tiene la comida y donde se resguarda y en horas del mediodía cazar donde tiene la comida y a primeras o últimas horas del día cazar los dormideros, esos es concejo viejo de cazador pero siempre vigente.

Saludos a todos y hasta la próxima salida.

PASO A PASO DE ESCABECHE

Publicado: 10/06/2011 en CAZA
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Autor: Lucas Q.

Hola muchachos cazadores, hoy hice un escabechito de vizcachas y quiero compartir la receta con uds. ya que si bien la mayorìa tendrà su receta y sus secretos para ello, puede haber quienes esten arrancando con esto y le sirva una receta que por lo menos a mi nunca me falla tanto de cocciòn como de envasado para conserva del escabeche.
Las fotos que adjunto son con vizcachas que cazamos hace unos días, pero perfectamente se puede hacer la receta con otras carnes de caza.
RECETA: cada un kilo de carne,con una cocción previa de hervor con agua, vinagre, laurel,salvia y romero lleva: 3 zanahorias, 3 cebollas, 1 tomate, 1 cabeza de ajo, 2 tasas de aceite, 1 tasa de vino blanco y 1/2 tasa de vinagre. Sal, pimienta en grano una cucharadita, romero, laurel,oregano y salvia a gusto.
Se coloca la carne con la hervida previa (a mi me gusta deshuesarla)con los demàs ingredientes y se cocina a fuego muy lento para que no se seque hasta que las zanahorias estén a punto, ahi se retira del fuego.

ENVASADO: con el escabeche en caliente (esto es importantisimo) se envasa en frascos previamente lavados y esterilizados (yo los pongo boca abajo en una hornalla de la cocina como muestro en la foto unos segundos). Se llena el frasco con el escabeche caliente dejando unos 2 cm libres hasta la boca, luego se rellena todo con lìquido y se tapa. Las tapas en fundamentas que si son las de roscas sean nuevas y que controlemos que esten en perfectas condiciones tanto su parte metàlica como elborde de goma. Yo le hecho un chorrito de agua caliente a latapa para dilatar la gomo y que cierre mejor. Una vez tapado el frasco se lo envuelve en un trapito, media o algo por el estilo y se lo pone en una olla a la cual le ponemos por adentro y en la base una maderita (tablita de asado va bien), tanto la tablita de abajo como envolver los frascos es que para cuando estos se muevan con el hervor y se choquen entre si y con los bordes de la olla no se rompan. Una vez que llenamos la olla de frascos cerrados y envueltos, llenamos la olla con agua caliente (si ponen fría se pueden rajar los frascos por las diferencias de temperaturas)hasta tapar por varios cm los frascos. Llevamos la olla con los frascos alfuego y tapamos, dejamos calentar y desde que rompiò el hervor contamos 20 minutos y listo, tenemos los frascos de escabeches perfectamente envasados y listos para poner en nuestra despensa yestacionar. Con èste método no se necesita tener los frascos en heladera bastando una buena alacena, oscura y fresca. Yo tengo escabeches de esta forma desde hace muchos años y se mantienen perfectos.
Bueno acà pongo las fotos, espero que les sirva mi pequeño aporte a la parte culinaria del foro y que mis amigos de cacerías aprendan a hacerlo así no me toca siempre a mi!!!

Ya el año pasado me traía pensando en hacer una escapadita a Córdoba, pero no se pudo concretar, y simplemente me quedé con las ganas de tentar por primera vez a las truchas cordobesas.

Se ve que de tanto joder con ese viaje, al final Juan Cruz, que me habrá visto medio desesperado porque la temporada se me escapaba de las manos, me dijo de hacer un viajecito «Express» con las novias con rumbo a La Cumbre, y gracias a Dios esta vez, el último fin de semana de la temporada pudimos rajar a la ciudad mediterránea con la sola intención de convencer a estos bichitos de tomar nuestras moscas.

Así fue que el viernes alrededor de la 1 pm salimos para La Cumbre.

A último momento se sumaron mi hermano (Japo) y su novia, que irían en el D´Lorean (Sierra 1,6 que es una batata, pero te lleva y te trae!!jajaja) así que el viaje ya arrancaba de para bienes y no podía fallar.

Llegados a La Cumbre, paramos en la Hostal «Los Lirios», donde nos recibieron de primera, y después unas buenas pizzas dormimos como bebés, para levantarnos temprano al otro día e ir hasta el río Pinto, donde comenzaría nuestra aventura de campamento y pesca.

Arribamos al Pinto, y ya su belleza y aguas cristalinas nos daban la bienvenida a un paisaje de río de montaña que nos sorprendía con sus correderitas, ollas, pozones, cascaditas….simplemente alucinante.

Mochilas al hombro (pesaditas para el que no está acostumbrado), y arrancamos la caminata siguiendo la silueta del río, por momentos caminando entre las piedras, por otros por senderos casi imperceptibles o haciendo camino al andar nomás, y con varias cruzadas del río de piedra en piedra, lo que daba comienzo a una aventura que ya desde el principio era apasionante.

Pasada la hora de caminata, y ya cuando el cansancio se hacía notar tanto fisicamente como en los tropiezos y metidas de pata al agua, y teniendo en consideración de que veníamos con las novias, decidimos parar donde pasaríamos la noche.

Ni bien llegamos, no pudimos resistirnos y armamos las cañas borrando el cansancio casi como por arte de magia. Cañita en mano, me dispuse a seguirlo a Juan que era el conocedor del lugar, y río arriba nos fuimos.

El Pinto se presentaba con ollas y pozones muy grandes, pero no se si por el nivel del agua o por el viento contra la corriente que había por la mañana, en los lugares más amplios la correntada era casi nula, lo que tiraba por la borda mis planes de pasear mis ninfitas y moscas secas por esos lados.

Así que arranqué con unos streamercitos con ojitos de plomo, para pescarlos tirando lo más lejos posible y recogiendo con tironcitos, pero los resultados eran nulos…y ya empezaba a desesperanzarme.

Seguimos aguas arriba por lugares fantásticos, piedras enormes que prácticamente había que escalar, y tirando a cada piedra prometedora que podría ser el escondite de las buscadas truchitas, pero seguía sin suerte.

Entonces, decidí meterle pilas al asunto, y me mandé sólo como loco malo para arriba, donde el río cambiaba sus grandes ollas y pozones, por ollitas más pequeñas con varias cascaditas y correderitas chicas, donde podría pescar tal como lo tenia planeado, con ninfitas y mosca seca, que era el sueño que tenia reservado para esa ocasión.

El viento paró, el sol asomó sus rayos, mi ninfita negra salió como flechazo directo al corazón de esa cascadita tan pequeña (arriba a la derecha en la foto), en la que siquiera podía imaginar que una truchita estuviera por allí, y el pique fue instantáneo!!!

Después de lo que habían sido mas o menos unas dos horas de puro tirar y tirar y sin resultados, ese piquecito significó para mi la alegría tan simple del sueño cumplido. Para mí el viaje ya estaba salvado, no podía borrar una sonrisita cómplice de mi cara, que sólo le daba las gracias a esa hermosa pichona de arco iris que devolví al agua con toda la esperanza de que vuelva a picar.

Como esa técnica había funcionado, no veía porque cambiarla, y a cada cascadita o lugar donde corría el agua, por mas chico que fuera, le mandaba con la ninfita negra, y así fue que pude sacar unas 4 más o menos.

Mi sorpresa fue cuando al lado de una cascadita, donde el agua medio como que remolineaba, se veía una truchita comiendo arriba. Si prendía una sola truchita con seca, ya seria «cartón lleno», y nada más podría pedir o esperar del viaje, porque sinceramente ya me sentiría realizado.

Aguanté la tentación de mandarle con la ninfita, y até al tippet una Elk Hair Caddis (la vedette de la Sierras como me dijo Lucaluca) en color natural. Un par de casteos que no iban al lugar correcto, un par más que por la mala presentación terminaban con la mosca bajo el agua, y finalmente, ajustando un poco la puntería, el casteo y la presentación, se posó la mosca sobre la superficie del agua unos 50 centímetros arriba de donde se la veía comer a la muy picara, una mini deriva y la tomada suave de una truchita tan hermosa como chica.

Alcé al cielo la caña, baje suavemente la mano de la línea, y así pude tener literalmente la felicidad y la alegría en la palma de mi mano. Ya nada mas podía pedirle a este río Pinto, me hizo Feliz con tan poco y con tanto al mismo tiempo!!!

Pero, tratándose de pesca, uno se pone medio como insaciable vio, así que seguí pescando. Más adelante, ví otra truchita comiendo arriba, así que esta vez ya con un poco más de idea de cómo se planteaba la pesquita con la seca, presenté bien la Elk varias veces, y a pesar de verla comer arriba, no le prestaba atención a mi mosca. ¿Qué le pasaba a esta trucha que me decía que NO así tan en la cara?

Paré la maquina un toque y me puse a mirar, tal como dicen que hay que hacer los que saben. Me acerqué lo mas cauteloso que pude, y resulta que la guachita estaba comiendo lo que creo que eran unas «moscas de mayo» bastante pequeñitas y claras. Busqué en mi cajita, entre las sequitas que me había mandado Fernando López (de Bs.As.), y agarré la mosquita seca más chiquita y parecida que encontré. El tippet 5x casi no pasaba por el ojito del anzuelo de lo chica de esta mosca.

Al primer casteo, unos 30 cm aguas arriba de donde se la veía comer, casi sobre la cascadita que alimentaba esa ollita, y el pique fue inmediato!!! No, no, no lo podía creer de nuevo, otra truchita más, y con seca, que bueno looocooo!!!! Después de devolverla, se veía que seguían comiendo, y le tire varias veces más, y tuve un pique que no pude concretar, y unas tres veces mas la veía que picaba la mosca, pero no la podía clavar che. Habré estado unos 45 minutos en esa ollita mas o menos y no pude sacar ninguna mas!!jajaja….que bolu!!!

Ya cansado, dolido y con el hambre de no haber comido al medio día, me pegué la vuelta al campamento y lo encontré a Juan que no le aflojaba a las truchas, y me comentaba que había prendido un par lindas con spinning en unas ollas grandes que tienen unos lindos pozones, pero que no estaba fácil el pique.

Seguí camino y lo encontré a mi hermano que le tiraba con cucharita a unas truchitas, y que había visto una muy respetable, pero que no le daba ni bola, por mas que le pase la cucharita bien cerca. Así que me puse ahí mismo con secas, donde probé de todo, y sin resultados.

Ya en el campamento, me morfé unos buenos sanguches mientras anochecía, asi que buscamos leña y mientras hacía el asado, comimos una linda picada. Después llego un asado contundente como para recargar las pilas, que al otro día tendríamos que volver.

A la noche refresco bastante, pero nada que un VAT 69 a la orilla río y del fogón no pueda solucionar eh!!jajaja. A dormir temprano nomás.

Al otro día, me levante tipo 8.30 creo, y aproveché para ver si podía pescar alguna mientras los demás descansaban. Resulta que entre que estaba medio dormido, y que las piedras estaban mojadas por una leve llovizna, me pegué un patinón importante y quedé de culo en el agua helada, con lo que postergue la pesca para mas tarde!!!jajaja

Mi hermano y Nati partieron temprano para Rosario, y nosotros los despedíamos ya con el agua en el fuego para tomar unos buenos «Mateicos» per la matina, mientras la lluvia nos amagaba un poco, y las nubes bajaban más hacia nosotros.

Al mediodía, las chicas se ocuparon de un buen guiso que nos dio el envión que necesitábamos para emprender la vuelta, y con Juan armábamos las mochilas.

Mientras volvíamos, Juan no dudo en armar su cañita de spinning, y pudo sacar un par de truchas más, sumado a varios piques que parece que no eran del todo francos.

Al verlo, no aguanté, y a pesar de no haber armado mi cañita por miedo a romperla por pescar con las mochilas puestas y entre piedras, la armé igual, y me pude llevar la ultima truchita con la ninfa negra, que me dio la despedida de ese hermoso paisaje ribereño cordobés.

Volvimos a la hostería, pizza y cerveza artesanal en «The Owl», nuevamente a dormir temprano, y al otro día, sin escalas a Rosario. Así terminó este hermoso viaje, lleno de alegrías y de tan buenos momentos entre amigos, que ya sabemos que es una receta que no falla.

Quiero agradecer a TODOS los que me ayudaron con sus consejos para poder pescar en Córdoba, al Secretario de Turismo de La Cumbre que nos facilitó los permisos de pesca que nos resultaba muy difícil conseguir, a Fernando López por haberme mandado esas moscas tan chiquitas que nunca hubiera podido atar, y que me resultaron extremadamente útiles, y por supuesto a Juan Cruz que fue el organizador y culpable de que todo se haga realidad!!!

El equipo que utilicé fue Caña: Kunnan Impreza #4, Línea: Scientific Anglers Air Cel WF #5, Leader: Río de 9 pies de 3x con tippet de 5x; Moscas: Ninfas negras (lastradas) en anzuelo #14 y #16, Elk Hair Caddis e imitación de May Fly.

Solo para cumplimentar otra vision del buen relato de pedro, desde que salimos como asustados rio arriba, buscando ollas «vírgenes» tirándole ninfas, pupas, streamers, de todo, pero naaaada che, fuimos buscado cada hueco, cada cascada, pero nada, hasta que llegamos a una olla muy linda larga y profunda, en donde el agua no corria, la ultima vez que había venido, en esta olla había tenido muchos piques, pero el rio era otro, ahí nos separmos, pedro siguio y yo quede ahí, sin pescar nada bueno, solo algunos piques de truchas muy pero muy chicas, algunas seguidas de cardúmenes, pero la ansiedad había podido con migo, ya ya me había hecho ver demasiado como para que una linda trucha se le anime a mi mosca, hasta que cambie la técnica, me fui del manual y consegui algunas capturas, era simple, tirar rio abajo, escondido, camuflado y haciendo el minimo movimiento posible, aunque la olla sea muy chica, aveces tirando dos o tres ollas mas abajo, y trayendo hasta la cascada, si contra corriente, y de esa forma logre dos lindas truchitas, el primer día, al atardecer, el cielo había clareado, y nos ayudo, pero no vimos eclosiones, vimos mojarras y ninfas pero muy poco bicho viniendo en el agua, la trucha las estaba buscando bajo las piedras o valla a saber uno en donde.

Aparte de las moscas utilizadas cabe destacar que algunos usamos cucharas, que puede parecer mas fácil que con mosca por la facilidad con que se logran distancias, pero el tiro debe ser certero, la tracción justa, solo hay una oportunidad para el pique, la trucha no debe tener ni la mas minima sospecha de nuestra existencia, se nota totalmente que le cree muchisimo menos que a la mosca, y la ataca solo por instinto y una unica vez, si no se logro la captura, no se lograra. Lo bueno es que las mas chicas se abstienen y le dan lugar a las medianas.

De los 5 que usamos cucharas al menos un rato, solo dos consiguieron piques y justamente fueron los que ya habian pescado en cordoba.

Un abrazo grande!!!

Nos vemos en el río, en este caso pescando sobre alguna piedra!!!

RosRío.